Ya hemos comentado en alguna ocasión el interés de la reina Isabel por el arte y en concreto por la pintura de carácter devocional. En esta ocasión nos detenemos en este San Juan Evangelista del palentino Pedro Berruguete (h. 1445 – 1503) que se encuentra en la Capilla Real de Granada, tal y como dispuso la propia Reina en su testamento.

Pedro Berruguete es un artista que conjuga en gran parte de sus obras el momento artístico en el que vivió la reina Isabel, mezclando el gusto gótico de la pintura flamenca con las influencias del renacimiento italiano, adquiridas tras su estancia en Urbino al servicio de duque Federico de Montefeltro.

El protagonista de esta tabla es San Juan Evangelista, por el que la reina Isabel sentía gran devoción, escribiendo el Apocalipsis en la isla de Patmos. Junto a él, un águila que sujeta el tintero, símbolo que representa a este santo y que seleccionó la reina Isabel para incorporarlo en su escudo.

Los colores, el detallismo y la minuciosidad características de la pintura hispanoflamenca, que podemos ver a la hora de representar el paisaje y de retratar al santo, conviven con rasgos que se identifican más con el primer renacimiento, como la composición o el tratamiento de la luz tan característico en la última etapa de este artista.