Se cumplen ahora los 150 años del fallecimiento de Eduardo Rosales, uno de los pintores más importantes de la España del siglo XIX y en cuya obra pictórica Medina del Campo tuvo un papel importante de la mano de dos grandes acontecimientos históricos acaecidos en la villa de las Ferias: El dictado del testamento de la reina Isabel I de Castilla y el intento de fuga de la princesa Juana, la futura Juana I de Castilla, del Castillo de la Mota.

Pero ¿quién fue Eduardo Rosales y por qué fue un pintor tan importante?

Madrileño de origen humilde, huérfano desde la adolescencia, enfermo de tuberculosis desde los veinte años, con problemas económicos y varios desengaños amorosos a sus espaldas. Está claro que los primeros años de vida de este artista no fueron fáciles, pero nada de esto le impidió llegar a formarse en la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, viajar a Roma para completar su formación y así llegar a convertirse en uno de los mejores pintores de la España del siglo XIX con multitud de premios y reconocimientos a pesar de su muerte prematura a los 36 años, el 13 de septiembre de 1873.

Fue un pintor romántico con una técnica envidiable y con una gran personalidad a la hora de ejecutar sus obras, donde su pincelada y el tratamiento de la luz se unen para dar una dimensión especial a sus pinturas. Esta manera tan personal de llevar a cabo sus obras hizo que muchos críticos las tacharan de inacabadas. Especializado en el retrato y en la pintura de historia, tan aclamada en aquel momento, para la que fue muy estricto realizando exhaustivos estudios tanto en la documentación de sus obras, como a la hora de crear sus composiciones.

Gracias a la documentación que se conserva sabemos de los detallados estudios que realizaba sobre los ambientes de la época a representar, los trajes, el mobiliario y el lugar donde se sitúa el acontecimiento histórico protagonista de su obra, lo que le llevó a viajar hasta Medina del Campo en 1872 para documentarse y realizar bocetos de la fortaleza medinense para su obra, “Doña Juana en el Castillo de la Mota”, esta vez sí, inacabada.

 

Isabel, Juana y Medina del Campo en la obra de Rosales.

Isabel I de Castilla y su hija, la reina Juana, son dos de los muchos personajes históricos que han ido enriqueciendo la historia de la villa de las Ferias a lo largo de los siglos y son los personajes que han unido a este gran pintor de historia con Medina del Campo.

Antes de ese viaje a Medina del Campo en 1872, Rosales ya había estrechado lazos con la historia de esta villa al elegir el tema con el que se presentaría a la Exposición Nacional de Bellas Artes de 1864, Doña Isabel la Católica dictando su testamento, acontecimiento histórico que aunque durante muchos años se ubicó en el Castillo de la Mota, tuvo lugar en este Palacio Real que los reyes de Castilla tenían en la gran Plaza Mayor de esta localidad. Gracias a esta obra consiguió el primer premio en esta exposición.

No hay que olvidar que este importante pedacito de historia de la villa de las Ferias también viajó de la mano de Rosales hasta la Exposición Universal de París de 1867 donde, además de conseguir la medalla de oro, le otorgaron la condecoración de la Legión de Honor Francesa.

Pero ¿por qué Eduardo Rosales eligió justo este episodio de la vida de la reina?

En esta ocasión hemos tenido suerte y él mismo se lo explicaba a su primo, Fernando Martínez Pedrosa, en una carta donde le decía que había elegido este tema porque <<… este momento de la gran Reina es de los más hermosos de su gloriosa vida, porque se ve en él el inmenso amor que tenía a su pueblo y es, al mismo tiempo, interesante para nuestra Historia por las cláusulas que en él dejó consignadas.>>

 

Fue al final de su vida cuando volvió a tomar un pedacito de la historia de Medina al elegir a la reina Juana I de Castilla como protagonista de otra de sus obras, la reina doña Juana en los adarves del Castillo de la Mota, esta vez de menor tamaño que la anterior, recuperando un episodio triste y a la vez romántico que tuvo lugar en la emblemática fortaleza medinense, donde estuvo recluida, la por entonces princesa de Asturias, por orden de sus padres, y de la que intentó escapar sin éxito.

A esta inacabada pintura, seguramente debido a su temprano fallecimiento, le acompañan una serie de dibujos y bocetos tanto de los personajes que aparecen como del propio escenario, algunos de ellos realizados durante su visita a Medina del Campo. En la actualidad esta obra se conserva en el Museo del Prado y algunos de los dibujos y bocetos preparatorios están custodiados en el Museo de las Ferias de Medina del Campo.

 

Por David García Esteban.

Historiador del Arte, conservador y gestor cultural.

BIBLIOGRAFÍA:

RUBIO GIL, L. Eduardo Rosales. Ediciones del Aguazul. 2002.

RUBIO GIL, L. Eduardo Rosales. El testamento de Isabel la Católica. Ediciones del Serbal (edición digital en www.pintorrosales.com ). 2011.

RUBIO GIL, L. Eduardo Rosales en Medina del Campo. Doña Juana en el Castillo de la Mota. Ediciones Molina. 2012.

SÁNCHEZ DEL BARRIO, A. Eduardo Rosales El Testamento de Isabel la Católica Génesis y galardones de una pintura de historia. www.museoferias.net . 2004.

SÁNCHEZ DEL BARRIO, A. Dibujos preparatorios del cuadro “Doña Juana en el Castillo de la Mota”. www.museoferias.net. 2012.

IMÁGENES:

El Castillo de la Mota (Medina del Campo). Eduardo Rosales. Boceto, realizado probablemente durante su viaje a Medina del Campo en 1872, para su obra inacabada La reina doña Juana en los adarves del Castillo de la Mota. Museo del Prado.

El pintor Eduardo Rosales. 1867. Federico de Madrazo. Museo del Prado.

Doña Isabel la Católica dictando el testamento. 1864. Eduardo Rosales. Museo del Prado.

La reina doña Juana en los adarves del Castillo de la Mota. 1873. Eduardo Rosales. Museo del Prado.

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