Un caluroso 29 de junio de hace más de 600 años nació en el Palacio Real de Medina del Campo un infante de nombre Juan, que pasados los años y tras diversos avatares históricos acabó siendo coronado soberano del vecino reino de Aragón.

Juan II de Aragón por Manuel Aguirre y Monsalve, 1851.

La Castilla de finales del siglo XIV que vio nacer a nuestro protagonista de hoy era un reino que afrontaba importantes retos políticos, sociales, militares y también religiosos y estaba consolidando en su trono a la nueva dinastía Trastámara.  El rey de Castilla Juan I (hijo a su vez del primer soberano Trastámara Enrique II) había tenido dos vástagos: Enrique y Fernando. Tal y como marcaban las leyes sucesorias reales, a la muerte de Juan I le sucedió como nuevo rey su hijo mayor Enrique que comenzó a reinar con el nombre de Enrique III.

El reinado de este tercer rey Trastámara que sirve de marco histórico a nuestra historia presenta un reino que aún sufre las consecuencias de la guerra civil entre Pedro I y su medio hermano Enrique. De tal manera, uno de los primeros y más graves problemas que tuvo que atajar el nuevo rey fue sofocar las revueltas populares contra los judíos. Se tomaban al asalto sinagogas, barrios hebreos e incluso se asesinaba sin piedad a muchos de ellos. Este marcado antijudaísmo hundía sus raíces en el conflicto mencionado, Enrique II había arremetido muy duramente contra la minoría hebrea acusándoles de buena parte de los males del reino y tachado a su vez a Pedro I de ser su gran protector prendiendo así una mecha que tuvo en estas fechas y años posteriores graves consecuencias. De igual manera muchas prebendas, mercedes y acuerdos matrimoniales llevados a cabo por el primer Trastámara para atraer a su causa a muchos nobles resultaban ahora en algunos casos problemáticos, surgiendo en muchos rincones del reino revueltas antiseñoriales contra aquellos nobles tan beneficiados.

Doña Leonor Urraca, madre de Juan II de Aragón según miniatura de Antonio de Holanda para el libro Genealogía de los Reyes de Portugal de 1530.

Será en este contexto, reinando Enrique III, en el que el infante de Castilla Fernando (hermano del soberano y futuro rey de Aragón gracias al Compromiso de Caspe) contraiga matrimonio en 1394 con Leonor Urraca. Conviene destacar que doña Leonor era a su vez fruto de aquellos acuerdos de la época de la guerra fratricida y es que Enrique II para afianzar su poder en Castilla hubo de llegar a acuerdos con el reino portugués, acuerdos que se sellaron casando a su hermano Sancho con una hermana del rey portugués de nombre Beatriz. Fruto de este matrimonio nació Doña Leonor Urraca. Debemos indicar por tanto, que Leonor y Fernando eran familia (el padre de Fernando y Leonor eran primos) circunstancia que obligó a solicitar una dispensa papal para poder contraer matrimonio.

Habida cuenta que desde 1390 Fernando era Señor de la villa de Medina del Campo, el infante y su esposa Leonor residían habitualmente en dicha villa y muy especialmente en su Palacio Real en calidad de miembros de la familia real castellana. Es de reseñar que muy probablemente en estas fechas don Fernando promueva unas importantes reformas y ampliaciones de estas regias casas. Don Fernando y su esposa ya tenían dos hijos (Alfonso y María) cuando Leonor vuelve a quedar embarazada. Corría el año de 1397, una vez aplacadas las revueltas contra los judíos del reino y solventadas las revueltas antiseñoriales el foco político del momento se centraba en el cisma de la iglesia. El rey Enrique III intermediaba con los grandes reinos de la cristiandad para solucionar el problema de la existencia de dos Papas al frente de la iglesia. En este clima nace en Medina del Campo Juan, tercer hijo del infante de Castilla don Fernando. En esos calurosos días del mes de julio pocos podrían prever que el tercer hijo del infante acabaría siendo soberano del reino de Aragón, pero para darse esta circunstancia muchos y muy diversos avatares se tuvieron que suceder. Quede para el recuerdo el hecho de que el futuro rey aragonés Juan II nació en el Palacio que pasados los años servirá de morada en innumerables ocasiones a su nieto: Fernando el Católico pero sin duda esa es ya otra historia.

Compromiso de Caspe por Salvador Viniegra en 1891 gracias al cual Fernando de Antequera es reconocido como rey de Aragón y que inicia el reinado de los Trastámaras castellanos en el reino Aragonés.

Por Felipe López Pérez

Historiador del Arte y gestor cultural.

BIBLIOGRAFÍA

VALDEÓN BARUQUE, Julio. Los Trastásmaras, el triunfo de una dinastía bastarda. Temas de hoy, 2001

 

SÁNCHEZ DEL BARRIO, Antonio. Estructura urbana de Medina del Campo. Valladolid, Junta de Castilla y León, 1991

This site is registered on wpml.org as a development site. Switch to a production site key to remove this banner.