El Palacio Real Testamentario de Medina del Campo es conocido por ser el lugar en el que murió la reina Isabel la Católica, pero no es el único personaje histórico ligado a él.

Hoy queremos acercarnos a la figura de un rey que nació entre sus muros, el infante Fernando de Castilla, también conocido como Fernando “el de Antequera” o Fernando I “El Honesto”.

Fernando I, “El Honesto”, rey de Aragón. Felipe Ariosto 1634 Óleo sobre lienzo Serie de los Reyes de Aragón para el Palacio del Buen Retiro.

El abuelo de Fernando el Católico, nació en el Palacio Real Testamentario de Medina del Campo un 27 de noviembre de 1380. Era hijo del rey Juan I de Castilla y de Leonor de Aragón, hija de Pedro IV “El Ceremonioso” y hermano menor del príncipe Enrique, futuro Enrique III de Castilla.

A lo largo de su vida Fernando fue atesorando diversas posesiones, tanto en Castilla como en Aragón. Siendo un niño, en las cortes de Guadalajara de 1390, recibió de su padre el rey diferentes señoríos y villas “por quanto el Infante Don Fernando su fijo legítimo non era heredado en los sus Regnos, que era su voluntad de le heredar…” Pasaron a sus manos entre otros el Señorío de Lara, la villa y castillo de Peñafiel, la villa de Mayorga o la de Cuéllar, así como en el futuro, las villas de Medina del Campo y Olmedo. Además en estas mismas cortes, se concertó su casamiento con Doña Leonor, condesa de Alburquerque, “La Ricahembra”.

En 1406 al fallecer el rey Enrique III y contar su hijo Juan con sólo dos años de edad, Fernando se convirtió en regente de Castilla, junto a la reina viuda Catalina de Lancáster. La reina y el regente se dividieron las labores de gobierno, correspondiéndole a él los territorios al Sur del Tajo. A partir de este momento centra su interés en las campañas militares, culminando la segunda de ellas con la toma de Antequera en 1410.

La Toma de Antequera (detalle). Vicente Carducho Finales del siglo XVI- Primer tercio del siglo XVII. Óleo sobre lienzo Museo del Prado. En depósito en el Museo del Ejército de Toledo.

FERNANDO I DE ARAGÓN

La muerte del rey Martín I el Humano en mayo del año 1410, dejó a la corona de Aragón sin heredero al trono ya que un año antes, en 1409, había fallecido su único hijo, Martín “el Joven”, rey de Sicilia. El rey no había designado sucesor, abriéndose una etapa de interregno que duró dos años. Los candidatos al trono, con vínculos de parentesco en la casa real aragonesa, eran: Jaime, conde de Urgel, Luis de Anjou, duque de Calabria, Alfonso de Gandía, Fadrique (nieto de Martín I) y Fernando de Antequera. El lugar elegido para que los nueve compromisarios celebraran sus reuniones y llegaran a la elección de uno de los pretendientes al trono fue el castillo de Caspe en la provincia de Zaragoza. Mediante el compromiso de Caspe, Fernando de Antequera fue elegido rey de Aragón el 24 de junio de 1412. Ostentaría este título hasta su muerte el 2 de abril de 1416.

Ordenanzas feriales

Fernando siempre se mantuvo unido a la villa de Medina del Campo y consiguió junto a su esposa convertirla en un centro comercial de primer orden. Mercaderes y banqueros de Castilla, Aragón y las provincias italianas se daban cita en su plaza mayor. Además, este despegue económico de Medina del Campo propició la reforma urbanística de la villa, auspiciada por Fernando y Leonor. Se crearon nuevos edificios religiosos como la iglesia de Santa María y el convento de San Andrés y se reformaron otros como este Palacio Real.

Mediante las Ordenanzas de las Ferias, dictadas por Doña Leonor en 1421, se establece la ubicación exacta que debía ocupar cada gremio local o mercader que llegaba a la villa. Se mencionan dos zonas diferenciadas: la zona de la margen izquierda del río Zapardiel en la que se cita la Plaza Mayor y calles adyacentes y la otra margen del río en la que se situaban otros mercaderes y oficios de mayor peligrosidad por el uso del fuego.

Fernando y Leonor pusieron la semilla de las que llegarían a ser elevadas al rango de Ferias Generales del Reino por los Reyes Católicos. Medina del Campo se convirtió en lugar de atracción de mercaderes de toda Europa, convirtiéndose en una cita obligada en el circuito comercial del momento.

Por Loreto Sacristán Guijar.

Historiadora del Arte y Gestora Cultural.

BIBLIOGRAFÍA:

Sánchez del Barrio, A., Estructura Urbana de Medina del Campo. Análisis Histórico hasta el siglo XVI. Valladolid, Junta de Castilla y León, 1991.

Sánchez de Barrio, A., Historia y evolución urbanística de una villa ferial y mercantil. Medina del Campo entre los siglos XV y XVI. Valladolid, Universidad de Valladolid, 2005.

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