Doña Leonor Urraca. Genealogía de los Reyes de Portugal, por Antonio de Holanda, hacia 1530.

Año de gracia de 1421, Doña Leonor Urraca, Señora de Medina del Campo y reina viuda del rey de Aragón don Fernando de Antequera promulga las primeras ordenanzas de aposentamiento de feriantes de las ferias de Medina del Campo, constituyendo el texto fundacional para el estudio de las mismas y significando el despegue de uno de los eventos más significativos de la villa de Medina del Campo que pasará a la historia desde entonces como Villa de las Ferias.

No sabemos con total exactitud el momento de creación de las ferias de Medina del Campo, pero ciertamente la mayor parte de los especialistas que han estudiado el asunto apunta a Don Fernando de Antequera como la figura histórica bajo cuyo cobijo surgen en los primeros años del siglo XV. Debemos reseñar que el infante de Castilla Don Fernando había nacido en el Palacio Real de Medina del Campo en 1380, segundo hijo barón del rey de Castilla Juan I y de Leonor de Aragón, en su condición de infante castellano tuvo una influyente actividad política en el reino de Castilla. El sobrenombre con el que pasa a la historia deviene de capitanear las tropas reales que toman la ciudad de Antequera. Al morir su hermano mayor (el rey Enrique III de Castilla) y ante la minoría de edad de su primo Juan II asume la regencia del reino y es en este contexto en el que presumiblemente surgen las ferias medinenses. Cabe destacar que esta preminente actividad al frente de los asuntos mas importantes del reino la compagina nuestro personaje con una significativa actividad en su villa de nacimiento. Además de la ya mencionada creación de las ferias, gracias a su influencia en estos años Medina del Campo sufrió un importante despegue económico. Esto se tradujo en un significativo desarrollo en el ámbito urbanístico (muy notable en el entorno de la nueva gran plaza Mayor), se reconstruye el Palacio Real y la Iglesia de Santa María de la Antigua, se construye el convento de San Andrés e incluso existe ya un intento por parte del propio infante de elevar a rango de Colegiata la Parroquia Mayor de San Antolín. En resumen, un caldo de cultivo propicio para el inicio y fulgurante desarrollo de las ferias medinenses.

Don Fernando I de Aragón. Felipe Arisoto, 1634. Museo del Prado.

Como es sabido en el Compromiso de Caspe Don Fernando de Antequera es elegido rey de Aragón y marcha junto con su esposa doña Leonor Urraca y sus hijos al reino vecino. Tras 4 años de reinado fallece en Igualada y su esposa viuda decide volver a su villa de Medina. De tal modo cede un palacio que poseía su esposo a la rama femenina de Santo Domingo para levantar un convento, convento al que entra doña Leonor tras tomar los hábitos. De tal manera y con todo este preámbulo llegamos al momento en el que se promulgan las primeras ordenanzas de las ferias. Doña Leonor Urraca en 1421 dicta las citadas ordenanzas que regulan y organizan el aposentamiento de los feriantes. Como indicábamos al inicio, se trata del texto fundacional para el estudio de las ferias y el aldabonazo de salida para el despegue posterior de la actividad ferial en la villa. En ellas se establece la ubicación que debía tomar cada actividad comercial en tiempos de ferias, identificándose con presión el espacio urbano destinado a cada gremio. De tal forma gracias a ella tenemos una fotografía precisa del gran centro comercial medinense en el siglo XV y por ende de la estructura urbana de la Medina del Campo de esta época.

La historia posterior de las ferias es una historia de éxito rotundo convirtiéndose en la más importante reunión comercial y financiera de Castilla. Así, años después de la mencionada ordenanza, los Reyes Católicos las elevan al rango de Ferias Generales del Reino convirtiéndose con enorme rapidez en un evento comercial y financiero de enorme relevancia a nivel europeo. Este fulgurante crecimiento parece deberse a tres aspectos fundamentalmente. En primer lugar, por ser Medina del Campo una importante encrucijada de caminos en el interior del reino castellano; en segundo término por el decisivo apoyo real tal y como hemos visto y por último por el gran apoyo que siempre recibieron de las grandes casas comerciales europeas. Según los especialistas será esta última circunstancia la más importante, el apoyo explícito de esas grandes casas comerciales de Flandes o norte de Italia a través de hombres de negocios habitualmente de origen burgalés propició la llegada a Medina del Campo de las grandes novedades comerciales y financieras que se estaban dando en Europa antes que a ninguna otra ciudad hispana.

Vista actual de la Plaza Mayor de Medina del Campo, epicentro de las ferias de la Villa.

Con el devenir de los años las ferias de mayo y octubre donde se comerciaban productos manufacturados de los primeros tiempos fueron paulatinamente dando lugar a encuentros eminentemente financieros. Los tratantes y mercaderes poco a poco fueron sustituidos por los cambistas, hombres de negocios y banqueros.

El declive de las ferias llegará a finales del siglo XVI, en este momento los enormes endeudamientos de la corona la llevan a suspensiones de pagos generalizadas que conllevarán irremediablemente a la quiebra del sistema financiero del reino. Como es lógico entender las ferias ya eminentemente financieras sufrirán un largo y prolongado declive suponiendo para las medinenses un punto de no retorno el asentamiento definitivo de la corte a Madrid en 1606.

Para finalizar indicar que en el siglo XIX surgieron como pálido reflejo unas ferias agropecuarias de carácter regional y la creación en este contexto de la apertura comercial los domingos.

En definitiva, podemos concluir que las ordenanzas de doña Leonor Urraca cuyos 600 años cumplimos ahora sirven para conmemorar el inicio de unos de los hechos más relevantes de cuantos ha portado Medina del Campo al devenir histórico. La historia, la cultura, el urbanismo, y el semblante general de la villa quedó marcado para siempre con sus famosas y renombradas ferias.

Por Felipe López Pérez

Historiador del Arte y gestor cultural.

Bibliografía:

SÁNCHEZ DEL BARRIO, Antonio. Estructura urbana de Medina del Campo. Valladolid, Junta de Castilla y León, 1991.

SÁNCHEZ DEL BARRIO, Antonio (coord.). Los legados histórico artísticos y documentales de tres grandes hombres de negocios. Valladolid, Junta de Castilla y León, 2009.

 

 

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