Con la llegada de la Navidad llegan marcadas en el calendario cada vez más comidas y cenas con la familia, amigos e incluso con los compañeros de trabajo. Esto nos ha picado la curiosidad por saber cómo eran y qué se comía en las mesas de palacio en la época de la reina Isabel I de Castilla. Aquí os dejamos algunas de estas curiosidades.

Los Reyes Católicos reciben a Cristobal Colón en Barcelona. Detalle de una de las cerámicas de la Plaza de España. Sevilla.

Siempre se ha descrito a la reina Isabel como una mujer austera que intentaba seguir, en la medida de lo posible, la regla de San Francisco de Asís y es sabido que los reyes pusieron límites al uso en exceso de riquezas en actos públicos. Pero también es cierto que no dejaba de ser una de las Cortes más importantes del momento y la ostentosidad también estaba presente en ella. Tan sólo la “Casa de la reina” estaba compuesta de unas 400-500 personas. De todas ellas, la de mayor rango, importancia  y responsabilidad era la que ostentaba el cargo de mayordomo, puesto que era responsable de los servicios de comedor y cocinas, entre otros.

Teniendo esto en cuenta, nos podemos imaginar que las celebraciones, recepciones, homenajes o las comidas cotidianas y familiares en palacio, obligaban a llenar las alacenas de carnes, pescados, verduras, hortalizas y un sinfín de especias que, poco a poco, se fueron mezclando con los nuevos productos llegados del otro lado del océano (como el tomate, la patata o el maíz) y a los que poco a poco, el veedor de palacio, encargado de comprar a buen precio y buena calidad todos estos productos, iría haciendo hueco en las despensas palaciegas.

Detalle del Tapiz de Bayeux (s. XI). Museo del Tapiz de Bayeux (Francia).

En las cocinas, apartadas y custodiadas en todo momento por soldados, se mezclaban estos ingredientes y sabores dando lugar a ricos guisos, asados, frituras o cocidos que llegaban a las mesas ya cortados en pequeñas porciones (labor de la que se ocupaba el trinchante) para que los comensales no tuvieran la necesidad de partirlos. Además, hay que tener en cuenta que el cuchillo era el principal cubierto con el que contaban los comensales, puesto que el tenedor no apareció hasta el siglo XVIII.

Ya en los salones, los comensales tenían el cometido de maridar el predominante sabor agridulce con los aromas de los vinos viejos de palacio servidos por el copero.

Un plato muy habitual en los menús en la corte de aquella época era el “Potaje de carnero”:

Carniceria de ovino. Ilustración del Tacuinum Sanitatis. Biblioteca Casanatense de Roma.

<<Potage de carnero adobado que le dize janete de carnero.

Tomar pechos de carnero cozido en olla; cortar los a pedazos del tamaño de nuezes; tomar bué tocino gordo y freírlo có una poca de cebolla y del que sea sofreydo mezclaras cóello mébrillos y peras hechas en conferua con miel/o cozidos y será mejor si quieres. Despues toma el carnero cola cebolla todo mezclado en la olla; sofreírlo todo junto; tomar almédras y tostarlas; mijarlas en un mortero con un migajón de pan tostado y remojarlo en vinagre blanco; majar có esto buena quátidad de hígado de cabrito o de carnero. Majar todo esto juntaméte con las almédras y después de bien majado destemplarlo con un buen caldo de carnero y después passarlo por estameña; y del que todo sea pasado ponerlo en la olla dóde ha de cozer la salsa y echale de todas salsas finas en la olla y esta salsa quiere saber un poco a agro y del que sea cozida echarle un poco de perexil deshojado y hacer escudillas>>.

Libro de guisados manjares y potajes intitulado libro de cozina. Ruperto di Nola. Cozinero mayor de Su Majestad el Rey Don Fernando de Nápoles.

Otros platos habituales en los menús servidos en palacio podían ser el “Manjar blanco” compuesto de gallina, leche, arroz y azúcar o el “Mirambre” cuyo ingrediente principal era la gallina acompañada de almendra y arroz.

Pero… ¿Sabemos realmente cómo eran los menús que se servían en la mesa de la Reina? Pues hemos encontrado este elaborado por orden del Comendador Mayor para la reina Isabel el 18 de diciembre de 1498:

Banquet du Paon. Livre des conquêtes et faits d’Alexandre (s.XV). Petit Palais. Paris.

“Que en el plato de la reina nuestra señora quiero coman con su alteza las señoras infantas quiero haya de llevar el plato a la mañana un par de perdices cuando las hubiere e cuando comieren las señoras infantas dos pares e cuatro gallinas cocidas e una pierna de cordero e unas agujas e cundo hubiere cola también e su pedazo de tocino e dos piezas de carnero asadas e cuatro gallinas”.

“A la noche un par de perdices si cenare su alteza sola y si cenaren con su alteza las señoras infantas dos pares e cuatro gallinas e cinco piezas de carnero”.

No sabemos si llegaron a comer todo lo que el Comendador Mayor les había mandado preparar, pero después de haber leído todo esto, sólo nos queda decir una cosa:

¡Buen provecho!

Por David García Esteban.

Historiador del Arte, conservador y gestor cultural.

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