Durante el reinado de Isabel la Católica, Medina del Campo fue una de las villas más prósperas de la Corona de Castilla. Aunque de aquella época de esplendor se conservan importantes monumentos, desgraciadamente una gran parte del patrimonio medinense ha desaparecido en la última centuria.

A día de hoy Medina del Campo es una villa muy interesante desde el punto de vista monumental y urbanístico, ya que conserva importantes vestigios de su glorioso pasado económico y mercantil (plaza Mayor o Reales Carnicerías), religioso (antigua colegiata de San Antolín, parroquias de Santiago o San Miguel o conventos como el de San José, segunda fundación de Santa Teresa de Jesús) y cortesano (palacios como el Real Testamentario o fortificaciones defensivas como el castillo de la Mota).

Sin embargo, el patrimonio desaparecido de la villa a causa de la despoblación a partir del siglo XVII, la Guerra de la Independencia, las desamortizaciones o el desarrollismo industrial y de los transportes del XIX-XX, también es digno de ser recordado. Son esenciales los estudios realizados por Antonio Sánchez del Barrio -donde se destaca que el inventario monumental vigente a lo largo del siglo XVI estaría en torno a 125 construcciones-, así como las fuentes gráficas: las vistas de Anton van Wyngaerde (1565 y 1570), las ortografías y plano de Julián de Ayllón (1806) o los grabados y fotografías históricas (destacando las de Charles Clifford y Jean Laurent).

Vistas de 1565 y 1570 de Anton van Wyngaerde, encargo de Felipe II. Österreichische Nationalbibliothek, Viena.

Fundaciones religiosas en 1265.

El primer asentamiento de población se sitúa sobre la Mota y se remonta al año 800 a.C. Parte de sus restos son visitables bajo el Centro de Recepción de Visitantes del Castillo de la Mota desde hace un par de décadas. Más desconocido es el asentamiento plenomedieval sobre este cerro del que sólo son visibles las ruinas de las murallas y los muros bajos de una antigua parroquia. Gracias a dos documentos de 1177 y 1265 del obispado de Salamanca, diócesis a la cual perteneció Medina hasta finales del XVI, se sabe que entonces existían 19 fundaciones religiosas:

Sobre la Mota y dentro de la muralla del siglo XII se asentaban SANTA CRUZ, SANTA MARÍA DEL CASTILLO (ambas en la zona del actual cementerio) y SAN SALVADOR (cuyos restos afloran junto a parking del castillo, en el antiguo barrio de los Zapateros, y es citada en las Ordenanzas de las Ferias de 1421 para asentar a los alabarderos). Estas tres acabaron agrupándose y trasladándose a la parroquia de la Vera Cruz, edificada por la cofradía homónima en la Plaza del Pan, en 1588, tras independizarse del convento de San Andrés, y demolida en 1961.

Iglesia de San Llorente.

En el siglo XIII se hizo una nueva muralla que englobaba también las laderas de la Mota (restos en el Mirador de la Reina), dentro de la cual se establecieron estas parroquias: SAN LLORENTE/LORENZO (cercana a antigua Puerta del Sol y a la judería, hoy barrio de la Mota), SAN MIN/MARTÍN, SANTO DOMINGO, SAN PABLO (con la capilla de san Luis) y SAN JUAN EVANGELISTA/DEL AZOGUE (junto a la primera plaza del mercado/azogue -del árabe assúq-. En las Ordenanzas de 1521 allí se asentaban los pescaderos).

Extramuros de este segundo recinto estarían las parroquias de SAN MIGUEL (reedificada en el XVI), SANTA MARÍA DE LA ANTIGUA (allí fundó Fernando de Antequera en 1403 la Orden de la Jarra y el Grifo. Su pintura de la Virgen de la Antigua se conserva en vecino convento de Santa Clara), SAN NICOLÁS (junto a la lagunilla homónima y el desaparecido lavadero de El Chorro. Lugar de reunión del Cabildo Mayor de la Colegiata, sus restos se reconvirtieron en la ermita de Nuestra Señora del Camino, demolida al trazar la carretera a Pozaldez) y el monasterio cisterciense de SAN BARTOLOMÉ (dependiente de Sahagún. Además de poseer la reliquia del cuchillo con el que el santo fue desollado, los Reyes Católicos contribuyeron a su riqueza con diferentes donaciones).

Más alejadas del núcleo de la Mota, hacia el camino de Valladolid (actual carretera de La Seca) se situaba la iglesia de SAN ANDRÉS (reconvertida en 1406 en convento dominico por Fernando de Antequera, quien enterró allí a su hijo Sancho. En su capilla de San Juan Bautista pendieron las banderas otomanas capturadas por los tercios medinenses en la batalla de Lepanto), SAN ESTEBAN, SANTO TOMÁS (restos de cal y canto de la parroquia antigua junto a la reedificada en el XVI) y SAN PEDRO (feligresía de moriscos procedentes de Granada. Encima se hizo la estación vieja de ferrocarril en 1860).

Cruzando a la otra orilla del Zapardiel, se asentaban ya en el siglo XIII la parroquia de SAN ANTOLÍN (pequeño templo de estilo mudéjar, germen de la posterior colegiata), SAN FACUNDO Y SAN PRIMITIVO (desde 1645 lugar de reuniones del cabildo de la colegiata. Sólo se conservan 3 columnas en el exterior del cine Coliseo), SAN JUAN DE SARDÓN (cerca de la plaza del Pan, la familia Quintanilla creará al lado un hospital en el siglo XVI), SANTIAGO (trasladada en 1770 al vecino colegio de jesuitas de San Pedro y San Pablo, donde continua la parroquia actual de Santiago) y el monasterio premostratense de SAN SATURNINO (se conserva su ábside en un solar privado entre la calle de Las Farolas y Mostenses. En principio fue dúplice, pero pronto las monjas formaron su propio cenobio: SANTA MARÍA DE LOS HUERTOS, desde 1402 de dominicas: Santa María la Real de Dueñas).

Monasterio de San Saturnino.

Convento de San Francisco.

Más allá de estos documentos de la diócesis salmantina y de la información que las fuentes gráficas proporcionan sobre estas fundaciones religiosas, hay que destacar que a partir del siglo XIV hubo un asentamiento notorio de más órdenes religiosas en la villa, destacando los  desaparecidos conventos masculinos y femeninos de  franciscanos (San Francisco, descalzos de San José y franciscanas de Santa Isabel), dominicas “fajardas” (Nuestra Señora de la Visitación), agustinos (Nuestra Señora de Gracia), trinitarios (Espíritu Santo y femenino de la Concepción Trinitaria) o de carmelitas (calzados, Santa Ana o descalzos, Corpus Christi).

Además de todas estas fundaciones desaparecidas, hay que destacar en el patrimonio perdido 18 ermitas y humilladeros, decenas de palacios, una veintena de hospitales o 15 puertas monumentales en 3 cercos amurallados… Como destaca Sánchez del Barrio en 1991 al hablar del urbanismo medinense, (…) las huellas de su pasado se mantienen en buena medida, ya en pie, ya arruinadas, para quien quiera verlas, a pesar de las transformaciones que décadas atrás “desmantelaron” parte de su casco histórico. (…) el inventario monumental vigente a lo largo del siglo XVI estaría en torno a 125 construcciones dignas de ser estudiadas.

Por Águeda Sastre Zamora

Historiadora del arte, guía de turismo y músico.

BIBLIOGRAFÍA:

LORENZO, E. (coord.); Historia de Medina del Campo y su tierra, 1986. Copia digital: Junta de Castilla y León. Consejería de Cultura y Turismo, 2014.

SÁNCHEZ DEL BARRIO, A.; Estructura urbana de Medina del Campo, Junta de Castilla y León, Valladolid, 1991

SÁNCHEZ DEL BARRIO, A.; Medina del Campo, la villa de las ferias, Ámbito, Valladolid, 1996. 

SÁNCHEZ DEL BARRIO, A.; Jean Laurent y Medina del Campo, 1877, Fundación del Museo de las Ferias, Medina del Campo, 2017.

SÁNCHEZ DEL BARRIO, A.; Fuentes gráficas para una ciudad imaginada. Arquitecturas perdidas de Medina del Campo. Real Academia de la Purísima Concepción, Valladolid, 2022.