Laredo, 1496. La reina Isabel la Católica y sus cinco hijos se encuentran reunidos para despedir a Juana, que va a partir hacia Flandes para celebrar sus esponsales con Felipe. Para entretener a la corte en aquel momento, el poeta Jerónimo de Pinar compuso su Juego trobado, unos versos con referencias a ciertos personajes para poner a prueba el ingenio de los participantes y su capacidad de deducción.
Posiblemente el año de 1496 fuera uno de los más felices para la reina Isabel la Católica: soplaban vientos favorables para la política castellana, se estaban creando alianzas europeas gracias a los acuerdos para futuros matrimonios entre casas reales e Isabel todavía contaba con la presencia de sus hijos en la corte. Un periodo próspero que se vio truncado poco después por una concatenación de eventos luctuosos que irían haciendo mella en la salud anímica y física de la reina.
El último momento en el que la reina pudo disfrutar de toda su prole reunida fue durante la estancia de la corte en Laredo en agosto de 1496. Fernando había partido a Gerona para atender ciertos asuntos, pero Isabel y sus cinco hijos se habían dirigido a la villa cántabra para despedir a Juana, que zarparía el día 22 de ese mes hacia tierras flamencas para celebrar sus esponsales con el hijo del emperador Maximiliano I, el archiduque Felipe. La flota, capitaneada por Fadrique Enríquez de Velasco, también tenía como cometido traer a la vuelta a Margarita de Austria (hermana del archiduque) para así consolidar la doble alianza con Flandes casándola con el príncipe Juan.
El Juego trobado del poeta cortesano Jerónimo de Pinar (recogido posteriormente por Hernando del Castillo en el Cancionero general, Valencia, 1511) se fecha por parte de ciertos investigadores (como Roger Boase u Óscar Perea Rodríguez) precisamente en ese momento de reunión familiar en Laredo, mientras la corte esperaba a que el clima fuera propicio para la navegación. Ya desde principios del siglo XV eran bien conocidos los entretenimientos cortesanos de este tipo, como las invenciones de justadores (de las que el poema de Jerónimo de Pinar es heredero), los momos o el género poético llamado canción. Dentro de estas diversiones, los juegos que ponían a prueba el ingenio y la capacidad de deducción del participante eran muy queridos entre el público.
Los versos de Jerónimo de Pinar llevan una rúbrica introductoria dedicada a la reina Isabel y a sus cinco hijos, gracias a la cual sabemos qué personajes estaban presentes en el momento de efectuar el juego, algo que ha resultado determinante para su datación. También en esas primeras líneas se explica en qué consiste el juego en sí y las instrucciones para su desarrollo: se puede jugar con naipes (agrupando cada parte del poema en ellos) o con dados. Cada carta hace referencia a un miembro de la familia real de los allí presentes o a una de las 40 damas de la corte que los acompañaban, pero en ningún caso se especifica el nombre: el entretenimiento consiste en descifrar ese enigma a partir de 4 pistas llamadas suertes: dos de ellas visuales (un árbol o planta y un ave), y dos de ellas literarias (una canción y un refrán). Esto enlaza directamente con las anteriormente citadas invenciones de justadores.
Para el lector contemporáneo del poema resulta casi imposible resolver cada enigma, pero a ojos de un personaje de la época era una tarea relativamente sencilla, ya que la educación cortesana (especialmente la femenina) presuponía una cierta formación musical, el buen ejercicio de la memoria conociendo poemas y canciones populares de la presente corte y de otras anteriores o la fácil interpretación de elementos de la naturaleza con significados alegóricos. En cuanto a música se refiere, se cree que la persona que sacaba y leía el naipe tendría que entonar la canción requerida (según estudios de Tess Knighton), ya que en algunos versos se explica cómo hacerlo (a varias voces, qué intención se ha de poner…) o incluso se alude a que la dama a la que se refiere no tiene buena disposición natural para el canto o, por el contrario, tiene buena voz.
Gracias al gran análisis hecho por Boase (Leiden: Brill, 2017) se ha podido llegar a conclusiones interesantes sobre las identidades de cada naipe. Por poner un ejemplo, estos son los versos en los que el personaje oculto sería la infanta María, cuarta de los hijos de los Reyes Católicos:
Tomará la gran señora
infanta segunda que es
por árbol, un robre, agora
y el ave sabrá después
que ha de ser un gavilán.
Y el cantar a voces llenas
que ha de ir a tierras ajenas,
donde la coronarán.
Y el refrán que “quién se muda,
las más veces Dios le ayuda”.
Hay que recordar que la hija mayor de los Reyes Católicos, la princesa Isabel, en 1491 había enviudado del heredero de Portugal, el príncipe Alfonso, y en 1496 estaba prometida con el rey portugués Manuel I, el Afortunado. Por su parte, los planes para la infanta María en ese momento consistirían en crear alianzas matrimoniales con algún reino lejano (de ahí la alusión al viaje en el poema), sin que nadie pudiera sospechar en la fecha que el monarca portugués acabaría siendo su esposo al fallecer su hermana Isabel. Dicho sea de paso, este mismo rey se casó en terceras nupcias, tras enviudar de María, con la nieta de los Reyes Católicos e hija de Juana, Leonor de Austria.
En resumen, el Juego trobado pone en relieve uno de los últimos momentos de ocio y unión familiar de Isabel la Católica y su prole antes de la despedida y partida de Juana hacia Flandes, siendo una pieza fundamental para el estudio de la sociedad cortesana, sus entretenimientos y la poesía y la música de moda en época de los Reyes Católicos. Yendo más allá, el poema de Jerónimo de Pinar es esencial para entender cómo era la educación y la cultura femenina de la misma. Pero además revela las relaciones y anhelos futuros de estas mujeres, en donde se aprecia que el matrimonio como alianza familiar o política era su máxima aspiración.
Como colofón, resulta muy interesante el concierto con lectura dramatizada del Juego trobado que tuvo lugar el 20 de marzo de 2019 en la Fundación Juan March (Madrid), dentro del ciclo La música de los Reyes Católicos. Tres momentos históricos.
Por Águeda Sastre Zamora.
Historiadora del arte y músico.
BIBLIOGRAFÍA:
BOASE, R.: Secrets of Pinar’s gamecourt ladies and courtly verse in fifteenth-century Spain, Brill, Leiden, 2017.
BOASE, R.: “El Juego trobado de Pinar: la memoria cultural colectiva de las damas de la corte de la reina Isabel de Castilla en el año 1496”, en Revista de Cancioneros Impresos y Manuscritos, nº. 8, 2019, págs. 1-22.
BOASE, R.: “Una parte del repertorio musical de la corte de la Reina Isabel en el año 1496: comentario sobre canciones, villancicos y romances en el Juego trobado de Pinar que han sobrevivido en versiones musicales”, en Dicenda. Estudios de lengua y literatura españolas, nº 38, 2020, págs. 151-175.
DEL VAL VALDIVIESO, M.I.; VALDEÓN BARUQUE, J., Isabel la Católica, reina de Castilla, Ámbito, Valladolid, 2004.
PEREA RODRÍGUEZ, O.: “El Juego trobado de Jerónimo de Pinar: datación del poema e identificación de los miembros de la Casa Real”, en Revista de Cancioneros Impresos y Manuscritos, nº. 6, 2017, págs. 72-114.
RONCERO LÓPEZ, V. y MENÉNDEZ COLLERA, A. (coord.), SANZ HERMIDA, J.S.: “Entretenimiento femenino en la corte de Isabel de Castilla: el Juego trobado de Gerónimo de Pinar”, en Nunca fue pena mayor: (estudios de literatura española en homenaje a Brian Dutton), Ed. Universidad de Castilla-La Mancha, 1996, págs. 605-614.
VALDEÓN BARUQUE, J. (ed.), Arte y cultura en la época de Isabel la Católica, Ámbito, Valladolid, 2003.
Entrevista de Camila Fernández a Tess Knighton: https://medium.com/doble-clic/la-m%C3%BAsica-siempre-ha-formado-parte-de-la-sociedad-71453b9ecb5d
Programa del ciclo de la Fundación Juan March: https://www.march.es/es/madrid/musica-reyes-catolicos-tres-momentos-historicos
Concierto Fundación Juan March: https://www.youtube.com/watch?v=q_iYie2tssg
