Desde luego en uno de los puestos más altos si no el que más, ya que se encuentra inmersa en las nuevas corrientes humanísticas. En la corte de la reina Isabel era imprescindible adquirir una exquisita cultura cortesana donde la etiqueta en la mesa se complementaba con la moderación en la gesticulación y expresividad, movimiento armonioso, juegos de mesa, baile o las bases de la cultura cristiana con el conocimiento de las escrituras. Pero además de todo eso era muy importante la impecable formación clásica, basada especialmente en el conocimiento del latín, historia, derecho canónigo y civil. Todo esto permitió destacar a los hijos de los Reyes Católicos dentro de cualquier monarquía europea al ser capaces, según Vicenta Mª Márquez de la Plata y Ferrándiz, de dirigirse a los embajadores extranjeros y hacer sus discursos en correcto latín.  Los hijos de los Reyes Católicos eran políglotas pudiendo comunicarse en idiomas como el griego, francés, alemán, inglés, además del castellano.  

A modo de ejemplo podemos hablar de que tal era la educación de la infanta Catalina que fue admirada nada menos que por Erasmo de Rotterdam, Luis Vives e incluso Thomas Cromwell, opositor de ella, quien afirmo: “si no fuera por su sexo, podría haber desafiado a todos los héroes de la historia”.