A punto estuvo el rey de perder la cabeza en la escalinata del Palacio Real de Barcelona a manos de un payés llamado Joan de Canyamás.
Una de las hipótesis que se nos ocurre es que si Fernando hubiera fallecido, su hijo Juan hubiera sido coronado rey de Aragón y tras su muerte en 1497, Isabel, su hermana mayor, que hubiera ostentado el título menos de un año puesto que también falleció. Así que el 23 de agosto de 1498 tras la muerte de Isabel Juana sería proclamada reina de Aragón.
Otra hipótesis es que habiendo fallecido Fernando y con la corona de Aragón en manos de Juana, puede que Felipe el Hermoso no hubiera muerto tan pronto, probablemente envenenado por orden de Fernando el Católico y, es de suponer, que Juana no hubiera acabado encerrada en Tordesillas, aunque es difícil saber qué intenciones tenía Felipe para con su esposa.
¡Cuánto habría cambiado la Historia!