No podemos saber hasta qué punto haber nacido mujer y tener que luchar para ser escuchada en un mundo de hombres formó su carácter, pero seguramente el camino al salón del trono y su coronación hubiera sido más sencillo. Además, es posible que Alfonso, su hermano pequeño, no hubiera fallecido tan joven, posiblemente envenenado por un seguidor de Enrique IV al que intentaba derrocar.
Es cierto que Isabel hubiera tomado las decisiones de forma más rápida y sencilla, pero sin el apoyo de Aragón, pues no se hubiera producido el matrimonio entre Isabel y Fernando. No hay que olvidar que la unión de ambos reinos fue beneficiosa para el matrimonio por el apoyo militar, económico y político. Puede que sin ese apoyo mutuo no se hubieran podido mantener las posesiones de Aragón en Italia y la guerra con Francia hubiera tenido seguramente un resultado distinto y Castilla no habría emprendido la campaña de extender sus dominios.
Y seguramente que ese pequeño movimiento feminista (si es que podemos llamarlo así) que surgió en torno a las mujeres que rodeaban a la Reina, de las que se preocupó por que tuvieran una muy buena formación y pudieran valerse por sí mismas, no hubiera existido.
¡Quién sabe!
Imagen: La reina Isabel la Católica. Luis de Madrazo y Kuntz. Alcázar de Segovia.