Germana de Foix, sobrina de Luis XII de Francia, fue la segunda esposa de Fernando el Católico y, por lo tanto, reina consorte de Aragón entre 1505 y 1516. Perece ser que tras muchos esfuerzos Germana consiguió quedarse embarazada y en 1509 nació Juan de Aragón, pero falleció a las pocas horas. Un bebé muy buscado, pero ¿por qué?

Pues porque probablemente todo apuntaba a que el rey Fernando hubiese proclamado a ese varón príncipe de Gerona, convirtiéndose tras la muerte de su padre en el nuevo rey de Aragón. Es decir, todo lo que comprendían los reinos gobernados por Isabel y Fernando, no se hubieran visto unidos en la figura de Juana, ya que según esta hipótesis ella hubiese gobernado sólo los territorios de la corona de Castilla. Y es que, al igual que hizo ver la reina Isabel a través de su testamento, parece ser que Fernando tampoco quería dejar su reino de Aragón y sus importantísimas posesiones en el Mediterráneo en manos del esposo de su hija Juana, Felipe el Hermoso.