Miguel de Paz, tras el fallecimiento de su madre Isabel (primogénita de los Reyes Católicos) durante el parto, fue jurado príncipe de Asturias y de Gerona convirtiéndose en el príncipe heredero de Aragón, Castilla y León. Por otro lado, era el hijo primogénito de Manuel I de Portugal y, por lo tanto, el príncipe heredero del reino vecino. Es decir, si no hubiese muerto prematuramente podría haber gobernado en toda la península ibérica y en gran parte del continente americano. Además, su tía Juana no habría sido la reina. Lo que no habría cambiado es el final de la dinastía Trastámara (finalizó con Juana y lo hubiese hecho igual con Miguel pues pertenecía a la Casa de Avís).